La vida de Oleg Shelestenko Sánchez está íntimamente ligada al Real Grupo de Cultura Covadonga. Sus primeros pasos en la entidad comenzaron en 1992 como piragüista, disciplina en la que pronto destacó y en la que llegó a representar al Grupo en la alta competición. Esa exigencia deportiva la compaginó con sus turnos laborales cuando, en 1999 y con 32 años, inició su etapa profesional como trabajador del club, primero bajo la coordinación de Ramón y más adelante, tras una reestructuración, en el turno de Javier.
Nunca dejó de palear. Aunque la vida laboral reclamaba gran parte de su tiempo, Oleg supo mantener viva su pasión por el piragüismo. Entre turnos y entrenamientos en Trasona, era habitual verle palear en el canal del río Piles, símbolo de que su vínculo con el deporte y con el Grupo iba más allá de la competición.

Padre orgulloso de dos hijos, habla con emoción de cómo su hijo mayor decidió seguir sus pasos en el piragüismo, mientras que la pequeña combina con talento y disciplina su amor por el violín con el voleibol. Su familia es su mayor motor y, junto a su mujer Elena, con la que comparte largas jornadas en el gimnasio del Grupo, ha hecho de esta institución su segunda casa.
El próximo lunes, 08 de septiembre, con 25 años de entrega profesional y toda una vida ligada al deporte y al Grupo, Oleg Shelestenko Sánchez recibirá la Santina como reconocimiento a su fidelidad, su esfuerzo y su compromiso. Su historia es la de alguien que no concibe su vida sin el Real Grupo de Cultura Covadonga, al que ha entregado lo mejor de sí mismo como deportista, trabajador y socio.