- 1926 – Nacimiento del Grupo
- 1938 – Primera Junta General
- 1949 – Compra de Terrenos
- 1960 – El Grupismo
- Presidentes del Grupo
1926 – Nacimiento del Grupo
La independencia del grupo de cultura covadonga
La sección deportiva del Centro Asturiano de La Habana no gozaba de una aceptación total por parte de los socios adultos, quienes se mostraban reacios a la idea. No obstante, los jóvenes deportistas no se desanimaron y comenzaron a practicar en una finca conocida como «La Huerta», que abarcaba 48 áreas y 24 centiáreas. Durante el paréntesis bélico, tuvieron tiempo para reflexionar y dedicarse a trabajos manuales, convencidos de que eran una excelente forma de ejercicio físico.
Constitución de la Sociedad
Justino De La Cerra y Alejandro Roces, se decidieron a protagonizar el paso hacia adelante para fundar la sociedad desvinculandose del Centro Asturiano. Para ello efectuaron las gestiones obligadas redactando para su aprobación el primer reglamento social en donde se vieron obligados por imperativos de la autoridad gubernativa de la época, a tener que intercalar la denominación Cultura en el nombre de la sociedad, en referencia a la cultura física, y no a la intelectual. El artículo número 1 de los primeros estatutos decía literalmente lo siguiente:
Con el nombre de «Grupo de Cultura Covadonga» se constituye en Gijón, con domicilio social en la calle del Molino número 6, una sociedad cuyo fin es la enseñanza y desarrollo de la Cultura Física, así como la práctica de los distintos deportes: Pelota, Tennis, Náuticos en general, Atletismo, Basket-Ball, Excursiones, Alpinismo, Fotografía, Caza, Pesca, etc.
Artículo nº1, Estatutos del club
Las exigencias al régimen gubernamental del franquismo también obligaron a los fundadores a tener que dejar establecido en dicho reglamento general el siguiente texto:
‘Queda prohibido de orden de la Autoridad y por razones de Orden Público, formen parte de este Grupo, en calidad de socios, aquellos individuos que con posterioridad al 19 de julio de 1936, hubieran actuado de una manera directa o indirecta contra el Glorioso Movimiento Nacional del Ejército Español. Del cumplimiento de la presente disposición responden mancomunadamente y solidariamente todos los miembros de la Junta Directiva’.
Artículo nº41, Estatutos del club
El reglamento fue firmado en «Gijón, diez de mayo de mil novecientos treinta y ocho. Segundo Año Triunfal». La sociedad quedó así definitivamente constituida y se creó el popular escudo que fue idea del socio fundador Ramón Noguera Delgado que tuvo como base para diseñarlo, la bandera de la ciudad. El autor de la popular insignia grupista se decidió por bordear una bandera blanca movida por el viento con el color rojo, todo ello en referencia a la enseña municipal que representa al pueblo de Gijón. En su interior trazó un círculo de color azul y las letras GCC, del mismo color, que se identifican con los colores del Principado de Asturias.
Lograda la independencia con el Centro Asturiano, asentado el Grupo como una figura jurídica independiente, y además sostenida por el inestimable apoyo de casi un centenar de socios, los iniciadores encontraron la ayuda del filántropo gijonés Dionisio Cifuentes Suárez que siempre había creído en el proyecto grupista. Este fue el que primero les alquiló, y luego les vendió a un precio irrisorio, la finca en la calle de El Molino cerca de la playa de San Lorenzo en donde hasta 1968 estuvo ubicada la popular sociedad.




Los Fundadores
Los sesenta socios que fundaron oficialmente el Grupo de Cultura Covadonga el 10 de mayo de 1938 fueron los siguientes:
Justino de la Cerra Lamuño , Alejandro Roces Antuña, Luis Baquero Vázquez, Adolfo Meana Amado, Carlos Estrada Sánchez, Plácido García de la Riera, Joaquín Alonso Díaz, Bienvenido Alegría García, Manuel Noval Hevia, Casiano de Hoyos Ponga, Luis Menéndez Fernández-Carvajal, Germán Martín Escudero, José Varela Hevia, Ramón Noguera Delgado, Benigno Pardo Riestra, Daniel Hevia Fernández, Alfredo Rodríguez Menéndez, Manuel García Rodríguez, Bernardo Sirgo García, Gerardo Suárez Naves, César Calvo García, Severino López Díaz, Mario de la Torre y García-Rendueles, Walter Michael Fluiters, Efrén San Miguel Cobián, Luis Díaz-Faes Menéndez, Alberto Suárez García, Valentín Hernández Belnárdez, Julio Varela Hevia, Emilio Fernández García, Emilio Alemany Bolufer, Julio Sánchez López, Rafael del Canto Fernández, Leopoldo Sánchez del Río, José María Muñiz Fernández, Emilio Tuya García, José Rodríguez Menéndez, Amador Varela Hevia, Angel Pando Perea, Manuel Ferreiró Passuti, Manuel Manso García, Gerardo Fernández Gancedo, Fernando Vigil Acebal, Félix Guisasola y García-Castañón, José García y García-Coronas, Vicente Huici Miranda, Ramón Fernández González, Rufino Fernández Menéndez, Gonzalo del Campo y del Castillo, Quintín Lecumberri González, Enrique Menéndez del Valle, Julio Carlos Gajardo, López Abel Alvarez Menéndez, Julio Bayón Pool, Angel García Fernández, Ramón Fontanellas Bellmunt, Aurelio Rodríguez García, Alfonso Blanco Raspal, Dionisio Cifuentes Suárez, Lucio Esparta e Iturbe. |
Constitución de la Primera Junta Directiva
En aquellas primeras gestiones de constitución y puesta en funcionamiento del Grupo los iniciadores de la idea, tras lograr hablar con el propietario de «La Huerta» que había dado las máximas facilidades, convocaron días después una reunión donde concretaron que los fines establecidos eran el fomento y desarrollo de todos los deportes que tuviesen carácter amateur, excepto el fútbol que por aquel entonces estaba considerado profesional. Lo que se pretendía era mejorar la salud de los jóvenes gijoneses bajo el lema olímpico del «mens sana in corpore sano», confiando en que si esto se lograba se conseguiría ‘ahuyentarlos de lugares malsanos o de vicio’. El 26 de setiembre de 1938 se constituyó la primera junta directiva que estuvo presidida por Emilio Alemany Bolufer que manejó un presupuesto inicial fijado en 18.788,25 (dieciocho mil setecientas ochenta y ocho pesetas y veinticinco céntimos) y un ambicioso plan deportivo en donde se preveía poder llegar a tener un total de once secciones, ocho menos de las que en la actualidad funcionan.
1938 – Primera Junta General
Una vez logrado el arriendo de la finca de la calle de El Molino, y autorizado por el Ayuntamiento y el Gobierno Civil el funcionamiento social, en el mes de mayo de 1938 se procedió a la apertura e inauguración de unos destartalados locales propiedad de Dionisio Cifuentes. Conseguidos todos los requisitos legales y formalizada la sociedad se celebra la primera junta general. Este es el texto de la primera acta de la sociedad: En Gijón, a las veinte horas del día veinte del mes de septiembre de mil novecientos treinta y ocho, se reúnen en el domicilio social los señores socios del Grupo de Cultura Covadonga en junta general extraordinaria.
En primer lugar se designa mesa directiva, formada por D. Justino Cerra Lamuño, como presidente, y D. Luis Baquero Vázquez, como secretario.
El señor Cerra declara abierta la sesión y da cuenta de que por el Excmo. señor Gobernador Civil de la Provincia ha sido autorizado el Reglamento del Grupo, procediendo ahora a la constitución definitiva, nombrando la Junta directiva. Continúa diciendo que, para que los señores asistentes puedan cambiar impresiones se suspende la sesión por diez minutos.
Renovada la sesión, el señor Roces Antuña (Don Alejandro) pide la palabra y concedida ésta dice que unánimemente los señores socios nombran la primera junta directiva que fue presidida por Emilio Alemany.
Texto del primer acta de la Sociedad


Los Inicios
En aquellos primeros momentos los socios que tenía el Real Grupo, todos ellos varones, comenzaron pagando 5 pesetas de cuota mensual. En enero de 1942 y por la considerable disminución del poder adquisitivo y del aumento de los gastos, se fijó la cuota mensual en 8 pesetas para los que ya fueran socios, y en 10 pesetas para los de nueva inscripción. Con su organización el Grupo adquirió una evidente importancia y el número de asociados se va incrementando hasta el punto que en el verano de 1939 se alcanzaban los 300 socios inscritos, cifra que siguió creciendo y dándose ya el importante incremento de 525 en el mes de septiembre de 1941.
Empiezan los Reconocimientos
Pasados algunos años la importancia que marcaba la actividad social gijonesa el Grupo de Cultura Covadonga logró el reconocimiento de todos los estamentos, llegando incluso un alcalde a reconocer que ya se consideraba a la entidad como algo imprescindible en la vida de Gijón. Hasta tal punto estaba enraizada en la ciudad que en una certificación que la alcaldía expidió el 11 de julio de 1945 para amparar un recurso social ante la Delegación Nacional de Deportes se señaló lo siguiente:
‘Considera esta alcaldía que el Grupo de Cultura Covadonga, por todas las razones expresadas y por la loable activa y eficiente labor que desarrolla, es digno de toda clase de ayudas y amparos’
Recurso Ayuntamiento de Gijón ante la Delegación Nacional de Deportes







1949 – Compra de Terrenos
Un tema de gran trascendencia: Compra de Terrenos
La compra de los terrenos sociales fue uno de los temas que más trascendencia originó en el arranque como sociedad del Grupo. En un principio los antiguos terrenos de la calle de El Molino, que lindaban con las calles del Gas (más tarde Menéndez Pelayo) y Ezcurdia, y con unos almacenes que estaban en lo que es hoy la calle Premio Real, fueron conseguidos por los socios fundadores en un arriendo prorrogable y una renta muy asequible, que habían gestionado con Dionisio Cifuentes.
Con el auge social adquirido en tan solo dos años, la directiva deseaba mejorar las instalaciones y ello daba lugar a que, con el contrato de arrendamiento que tenían firmado, las nuevas construcciones pasasen a su propietario.
Tras una reunión celebrada en diciembre de 1940 se estudio una propuesta encaminada a lograr del propietario la venta a largo plazo, con un módico interés. Después de tres meses de conversaciones se firmó un contrato de arriendo elevando ligeramente la renta y, otorgando en compensación, una opción de compra que duraba ocho años, o diez, si al término de ocho se abonaban a cuenta del precio establecido de 150.000 pesetas. Si no se hacía uso de ella, quedaba ya el Grupo para lo sucesivo como simple arrendatario, se elevaba la renta a 12.000 pesetas anuales y las construcciones que se tenían proyectadas quedarían en poder del propietario.
En 1946 se liberó el crédito bancario concertado y se cesó en la ejecución de toda nueva obra o mejora social centrando ahora los esfuerzos en acrecentar los fondos disponibles con la vista puesta en el 1 de mayo de 1949 en que, al vencer la opción de compra se plantearía al Grupo de Cultura Covadonga el dilema de su existencia.
Todos los gastos los pudieron atender puntualmente y se logró que al llegar la fecha citada, el Grupo pudiera disponer de fondos propios del orden de 75.000 pesetas. Faltaba otra cifra igual para completar las 150.000 pesetas necesarias que deberían entregarse al propietario. Este dinero lo entregaron los socios, recurriendo a una segunda emisión de bonos de 250 pesetas, reembolsables en 20 años por sorteos anuales a partir de 1951, logrando obtener en la suscripción 79.500 pesetas entre 77 socios. Conseguido el dinero para entregar a cuenta, se verificó la entrega al propietario en el plazo escriturado. Solo quedaba vigente el derecho a la compra durante dos años.
Ante el difícil compromiso, a alguien se le ocurrió pensar que para dejar zanjado el asunto había que recurrir a la benevolencia de Dionisio Cifuentes. En la primera entrevista que mantuvieron con el propietario de «La Huerta» no encontraron mala disposición de una persona que desde un principio mostró su temor porque algún día más o menos lejano, si el Grupo no iba bien económicamente, pudiera acabar cayendo en manos ajenas y especuladoras, que se lucraría de un considerable beneficio que el solo quería otorgar a la joven sociedad deportiva.


Se hace efectiva la compra de terrenos
Los responsables de la entidad mantenían la misma sintonía de opinión y se plantearon dejar complacido al benefactor, empeñándose ambas partes en que la sociedad deportiva pasase a ser propietaria de la finca por un módico precio, muy inferior al real y que quedara a cubierto de toda futura maquinación. Una asamblea general de socios aprobó el 9 de junio de 1949 la oferta definitiva llevada a cabo. Se abonarán al ya ex-propietario Dionisio Cifuentes, veinte anualidades consecutivas de 13.375 pesetas cada.
Ante el mencionado temor de Dionisio Cifuentes que tenía miedo a que la finca fuese con el paso de los años elemento especulador de alguien, se dejó plasmada una cláusula en el acuerdo, significando que si la sociedad en un futuro desaparecía por las circunstancias que fuesen, la posterior venta de los terrenos se tendrían que hacer en subasta pública ante un notario de Gijón y en el precio del remate tendrían derecho a quedarse con la finca la Asociación Gijonesa de Caridad y Cocina Económica; a falta de esta, el Asilo de Ancianos Desamparados de Gijón; y a falta de ambas, otra institución local de la misma naturaleza benéfica’.
El 23 de abril de 1948 la directiva grupista presidida por Mario de la Torre decide nombrar socio de honor vitalicio a Dionisio Cifuentes Suárez y queriendo perpetuar su memoria, le encargan al escultor asturiano Manuel Álvarez Laviada y Alzueta un busto en bronce del filántropo que realiza desinteresadamente, y que tras lucir a la puerta en las viejas instalaciones de la calle de El Molino, se mantiene ahora bien visible en las actuales.
Casi sin darnos cuenta el Grupo de Cultura Covadonga se incrustó definitivamente en la sociedad gijonesa de aquellos tiempos, que aún no conocía la masiva llegada de personas de otras latitudes que se asentaron en la ciudad debido al desarrollo industrial. Por eso en el ámbito del deporte gijonés, el ahora Real Grupo de Cultura Covadonga tiene la característica popular, amplia y poderosa, que no limita ni sexos, ni edades, ni ninguna condición porque es enorme su generosidad deportiva.


1960 – El Grupismo
Comienzo de una tradición
En los inicios de la década de los años 1960 a los socios veteranos Luis Menéndez Meléndez, «Luis Cacao» y a José Alvarez Fernández «Pepe Recoletos« les dio por organizar una comida. Se reunieron en un chigre con varios contemporáneos grupistas que ya eran abuelos, y así quedó, y casi sin proponérselo, constituida la comida anual de los llamados «abuelos» del Grupo Covadonga.
Aquella primera «frescacha» tuvo una acogida formidable entre los veteranos de los listados sociales, y los organizadores pronto se dieron cuenta que a la llamada no tenían que ir precisamente los que tuviesen nietos, sino aquellos otros aunque no los tuviesen pero que eran contemporáneos. La apertura no se hizo esperar a todo aquel que lo desease y estuviese enmarcado dentro de unas normas de antigüedad social, y así año tras año los definitivamente denominados «abuelos» se continúan reuniendo en torno a un buen menú y al disfrute de la obligada sobremesa en la que siempre se protagonizaron intervenciones y concesiones de galardones a los que fuesen merecedores de ellas.



Filosofía Grupista
En estas comidas anuales se da cita lo que se suele llamar el «espíritu grupista«, que es esa filosofía de entender la sociedad que emana en la época de la fundación de la misma, y que fundió en un mismo crisol todas las ideologías y la procedencia de cada uno de los socios, sabiendo todos ellos acreditar que lo que les importaba era practicar deporte, generar diversión sana y que todos estaban formando lo que con el paso del tiempo sería la gran familia actual.
el «real» grupo de cultura covadonga
Con motivo del 50 aniversario de la entidad, en 1988, el Grupo celebra una serie de hitos de importante trascendencia para su historia, como la 3ª Copa Stadium, pero, y sobre todo, y tal y como recoge el libro «El Grupo. 75 años de historia»: «la mayor alegría fue la llegada de la «Carta del Palacio de La Zarzuela» firmada por el Marqués de Mondéjar, jefe de la Casa de S.M. El Rey, en la que se autoriza al Grupo de Cultura Covadonga a usar el título de «REAL». Huelga decir que, de inmediato, la Junta Directiva encarga la actualización del logotipo grupista incorporado la <Corona Real>».
Presidentes del Grupo
Un recorrido por la historia del Grupo Covadonga a través de sus presidentes
A lo largo de los 80 años de historia, hasta el día de hoy, el Club ha tenido 16 presidentes, que en su caso particular han intentado conseguir lo mejor para la entidad, consiguiendo que a día de hoy, el Real Grupo de Cultura Covadonga sea una de las mejores sociedades deportivas de Europa.


Emilio Alemany Bolufer
El privilegio de ser el primer presidente del Grupo de Cultura Covadonga le correspondió a Emilio Alemany Bolufer, un valenciano nacido en Sueca en el año 1884 y que llegó destinado a Gijón como catedrático de la Escuela de Comercio, centro en donde logró ser director. Con anterioridad había formado parte del cuerpo docente de la Universidad Central de Madrid coincidiendo en sus tareas con Ramón Menéndez Pidal.
Tras asentarse en la ciudad, en donde gozó de gran prestigio, se casó con la gijonesa Angela Cifuentes Fernández, de cuyo matrimonio nacieron siete hijos. Su vinculación al Grupo Covadonga se remonta a la época en que era directivo del Centro Asturiano de La Habana. Desde un principio se sintió identificado con la propuesta progresista de los jóvenes que quisieron darle un impulso al deporte dentro de esta sociedad y fueron precisamente ellos los que propusieron que se hiciese cargo del primer mandato en la presidencia grupista. La gestión de este hombre se circunscribió principalmente a la consolidación de la idea de la creación de la polideportiva sociedad teniendo que afrontar los primeros compromisos con los socios del Centro Asturiano que disentían de los planteamientos originarios del Grupo. Emilio Alemany siempre tuvo un fuerte apoyo directivo porque llegó a formar una junta que con la ilusión como bandera supo llevar adelante el proyecto de la calle de El Molino y lograr llegar la inquietud a la juventud de la ciudad. En las primeras obras que se realizaron en La Huerta que donó Dionisio Cifuentes, primó por encima de todo la ayuda indispensable de los primeros socios, que aportaron la mano de obra necesaria y fueron sin duda la primera oferta de seriedad y de futuro para lograr sensibilizar la incredulidad de alguno.


Justino de la Cerra Lamuño
Este hombre, junto con la ayuda de Alejandro Roces Antuña fue el que más tiró del asentamiento de la sociedad y uno de los culpables de que la idea prosperase en su definitivo asentamiento, o lo que es lo mismo, el ser o no ser del Grupo. Ambos tuvieron el suficiente coraje para no decaer a las presiones que la idea fundacional tuvo entre los rectores conservadores del Centro Asturiano de La Habana y cuando las soluciones a sus deseos en esta sociedad no aparecían fue Justino de la Cerra quien propuso la independización del Grupo Covadonga para convertirlo en una sociedad deportiva.
Era un hombre modesto que a pesar de ser propuesto por sus colegas no quiso ser el primer presidente. Tenía todos los pronunciamientos para haberlo sido, pero prefirió que el cargo recayese en Emilio Alemany que entonces ya ejercía como catedrático y director de la Escuela de Comercio. La rentabilidad en la gestión grupista fue por parte de De la Cerra definitiva. Dada la gran amistad que le unía con el filántropo Dionisio Cifuentes, y con la ayuda de otros directivos, logró la adquisición de los terrenos en aquellos difíciles años cuarenta pese a la precariedad en que se vivía. Pero como la alegría predominaba en aquellos jóvenes innovadores entre otras cosas la directiva que presidió fue la que comenzó a organizar festejos veraniegos que suponían una inestimable ayuda económica, amén de una necesaria diversión para la juventud de la época.


Mariano de la Torre García-Rendueles
El Grupo Covadonga puede vanagloriarse de haber podido tener durante un tiempo al presidente de la sociedad y al alcalde de la ciudad. El doctor Mario de la Torre coincidió siendo presidente grupista con su cargo de máximo responsable municipal que ocupó desde el 14 de abril de 1943 al 15 de abril de 1948.
Con una directiva muy eficaz y gracias a su enorme capacidad de trabajo este gijonés que al dejar la presidencia estableció en Madrid su consulta médica, en donde falleció el 30 de setiembre de 1992 a los 91 años, logró incrementar el número de socios y poder acometer obras de la importancia que tuvo para el desarrollo de la entidad, la cancha de cemento para la práctica de baloncesto en donde además de la actividad deportiva fue utilizada también para la celebración de las fiestas sociales.
Era una de las inquietudes de los mandatarios grupistas el incremento social en donde existían dos importantes limitaciones que con el paso de los años lograron borrarse del funcionamiento social. Por un lado la ya por aquel entonces polideportiva entidad no podía tener nada más que socios masculinos y estos para darse de alta deberían de tener los dieciséis años cumplidos.


Manuel Zorilla de la Granda
Fue curiosa la llegada de Manuel Zorrilla a la presidencia grupista. Ningún socio quería la responsabilidad de ser cabeza visible del gobierno de la entidad que ya tenía sobre sí una obligación deportiva de alto nivel. Durante un tiempo fueron bastantes los socios a los que se les intentó convencer para que se presentasen a la presidencia, y al final la tuvo que asumir este hombre por la imposición amistosa de los más próximos.
Este perito mercantil nacido en la localidad cántabra de Ramales de la Victoria llegó a Gijón para incorporarse laboralmente a la Fábrica de Tabacos de Cimadevilla en 1942. Quedo asentado en la ciudad y contrajo matrimonio con la joven gijonesa Angeles Revuelta Diego, hermana del que fue también presidente grupista Jesús Revuelta y con la que tuvo tres hijas. En la gestión de Zorrilla, entre sus meritorios triunfos quedó registrado que el Grupo ganó su primer campeonato de España de piragüismo.
El cuarto presidente de la historia grupista fue el primero de los que le habían precedido que practicaba deporte a diario. Fue un gran pelotari, jugaba a baloncesto y era un enamorado de la montaña y el senderismo, actividad esta que nunca abandonó. Acometió la construcción de las primeras pistas de tenis de polvo de ladrillo y quien se decidió a efectuar la primera reforma de los vestuarios y a subir la cuota social de 8 a 10 pesetas, lo que como siempre sucede produjo un gran revuelo.


Ceferino Yáñez Larralde
Ceferino Yáñez Larralde llegó a ser un hombre de gran prestigio en la sociedad local, y al igual que su antecesor en el cargo, tampoco era gijonés. Había nacido en Bilbao, llegó hasta nosotros por obligaciones laborales y nunca más se marchó tras conocer a la gijonesa Ángeles Meana Martínez con quien contrajo matrimonio teniendo cuatro hijos.
Durante su mandato tuvo la gran ventaja de rodearse de grandes directivos que le ayudaron mucho en su gestión. Supo hacer equipo y no se puede olvidar en especial la presencia de Ángel Varela Alvarez que supuso por su filantropía, que el Grupo viviese uno de los momentos más álgidos en lo deportivo. Este hombre fue el que con su aporte económico y su desinterés, logró que el Grupo Covadonga destacase con fuerza en el deporte tanto a nivel regional como nacional, de tal modo que la sociedad recibió la primera Copa Stadium de las tres que tiene en sus vitrinas, y que son concedidas por el Consejo Superior de Deportes a la sociedad deportiva española que más méritos adquiera.
Otro de los logros importantes de Ceferino Yáñez como presidente fue dar protección y lograr que no desapareciera la Coral Polifónica Gijonesa que había fundado en 1949 el músico y compositor Anselmo Solar. Esta formación llevaba varios años deambulando por la ciudad sin encontrar un local donde ensayar y se decidió a prestarle ayuda logrando su consolidación y consiguiendo sacar al mercado tres discos de música coral asturiana, antes de alcanzar posteriormente su independencia como sociedad musical.
Cabe destacar de igual modo en la gestión de este presidente, el éxito que supuso para la sociedad el encontrar agua potable dentro de las propias instalaciones de la calle de El Molino. En épocas de restricciones municipales por la angustiosa escasez de agua efectuó una prospección en las instalaciones que trajo como consecuencia el disponer de un pozo con el líquido elemento y el gasto sin límite del mismo por parte de los socios.


Juan Palacio Vega
El presidente número 6 del Grupo Covadonga llegó al cargo con una marcada carga de deportista importante. Tampoco era natural de Gijón al haber nacido en la localidad gallega de Villagarcía de Arosa. Juan Palacio arribó a Gijón junto con sus hermanos José María y Monchu una vez terminada la guerra civil, haciéndose socios del Grupo de forma inmediata.
Pronto destacaron en varias disciplinas deportivas, pero en donde este presidente adquirió un gran protagonismo fue en piragüismo al lograr vencer consecutivamente en 1945 y 1946 haciendo pareja con Armando Menéndez «El Cubano» en el descenso internacional del río Sella. En el primer triunfo hicieron un registro de una hora y cincuenta y cuatro minutos llegando a Ribadesella tras salir de Arriondas, diecisiete minutos por delante de los segundos clasificados.
Las exigencias que se marcaron este presidente y su junta directiva hicieron que durante seis años el Grupo creciese en lo deportivo y que continuase avanzando en lo social, hasta tal punto que gracias al incremento de la afición por el tenis se comenzó a gestar en este periodo lo que ahora es el Club de Tenis Gijón.


Celso Martínez Corte
Lo que podríamos reconocer como el «reinado» de este presidente puede enmarcarse dentro del aperturismo y la entrega por una sociedad que hasta entonces había sido un coto cerrado tan solo disponible a socios masculinos. El Grupo Covadonga no admitía como socios ni a las mujeres ni a los niños, y todo aquel muchacho que quisiera pasar a formar parte del entramado social tenía que esperar a cumplir los 16 años.
Celso Martínez Corte no era un presidente que vistiese el chandal para la práctica deportiva, pero sí tenía sus ideas para que, la ya principal entidad deportiva asturiana vinculada en varias disciplinas, siguiese su paso hegemónico. Lo primero que hizo fue convocar un referéndum social y lograr incrementar las cuotas en 50 pesetas, marcándose una campaña para la inscripción de nuevos socios.
En su cabeza bullían ideas y no le pasa desapercibido que el Grupo necesitaba una piscina y otro tipo de obras para mejorar sus instalaciones. El 7 de julio de 1962 se inaugura la formidable instalación acuática de treinta y tres metros, que no era reglamentaria, pero que importaba poco. A raíz de esta construcción se logra que en el Grupo puedan entrar sin ser socias las mujeres y los hijos de los socios rompiendo así de alguna manera una tradición machista en una sociedad en la que tan solo los hombres tenían cabida desde su constitución en 1938. Celso Martínez Corte y su junta directiva querían más. En aquella década de los años sesenta Gijón estaba creciendo indiscriminadamente y era precisamente en el entorno del Grupo en el barrio de La Arena donde la especulación adquiría más impacto. Bloques y bloques de viviendas acosaban a la sociedad que se mantenía sombría y se había convertido en un patio de vecindad.
Se hacía imposible la tranquilidad en la práctica deportiva y por eso aquella directiva se decidió a gestionar otra sede social que se pensó podría estar en la zona costera de El Rinconín. Se trataba de mantener la simbiosis generacional, como eran el enlace que el Grupo de Cultura Covadonga tenía con la playa de San Lorenzo, y los deportes de la mar.


Jesús Revuelta Diego
El octavo presidente del Grupo llegó al poder tras medirse en las urnas con su antecesor Celso Martínez Corte y que supuso las primeras elecciones democráticas. Jesús Revuelta Diego en las votaciones celebradas en el transcurso de una asamblea de socios compromisarios, como era obligatorio en la época, y que se celebró el 6 de abril de 1967 con la participación de 40 socios logró 35 votos a favor, su oponente fue votado por 4, y se registró un voto en blanco. El Grupo acababa de descubrir a un presidente que resultaría histórico.
El proyecto del anterior que era lograr la salida de viejas instalaciones le había calado, y quería el cambio de ubicación de la sociedad. Tenía más ideas y una de las más urgentes era la de acabar con la asentada tradición de que el Grupo fuese sólo una sociedad machista, por eso el 13 de mayo de 1967 se decide la posibilidad de que las mujeres y los niños fueran socios. Los socios infantiles comenzaron pagando 50 pesetas, los hijos de socios 25, las mujeres 75 pesetas y las esposas de socios 50. Tras esto, lo trascendental era apurar las soluciones efectivas al cambio de ubicación porque al Grupo aparte de no poder tener posibilidades de expansión se le había anunciado una amenaza de expropiación propuesta por el Ayuntamiento de Gijón de buena parte de los terrenos localizados en la mejor zona de expansión urbanística que existía en la ciudad en el llamado barrio de La Arena.
Para discutir la situación, la nueva directiva convoca una junta general extraordinaria que se celebra el 17 de mayo de 1968 en el salón de actos de la Cámara Oficial de Comercio Industria y Navegación de Gijón donde se informa de las insuficientes instalaciones. Fue en esta asamblea social donde Jesús Revuelta bautizó el futuro proyecto como el del «Grupo del año 2.000». El impulsivo presidente veía lo que la sociedad necesitaba y presentó una idea muy ambiciosa. Sostenía que el apoyo financiero que podría derivarse del valor patrimonial que suponían los terrenos de la calle de El Molino, resultaba imprescindible y, a pesar de la falta de apoyo municipal en forma de subvenciones, la creación de una cooperativa de viviendas redundaría, como así fue, en una formidable inyección económica. Para invertir, el equipo directivo presidido por Revuelta solicitó que los 4.200 metros cuadrados en los que quedaría reducida la vieja instalación después de la anunciada expropiación municipal para el ensanche de la calle Menéndez Pelayo, tuvieran la aceptación de la junta general extraordinaria.
Con la creación de la cooperativa de viviendas se pensó que el beneficio inversor quedase entre los propios socios porque entendían que si construían viviendas en régimen económico repartirían los beneficios entre los trescientos cooperativistas que deberían de ser socios del Grupo y que darían los fondos suficientes para acometer las deseadas obras. Así la sociedad se benefició de la cooperativa recibiendo el precio justo por su valor y los socios obtendrían unas viviendas a un precio muy inferior al que tenían en el mercado libre.
El equipo directivo comenzó a trabajar en pos de encontrar unos terrenos adecuados para ubicar el futuro «Grupo 2000» que deberían encontrarse lejos del centro de la ciudad por considerar que el desarrollo de la urbe era una evidencia que obligaba a no equivocarse para evitar en un futuro situaciones paralelas a las vividas en la calle de El Molino, llamada ya, Emilio Tuya. Fue el 23 de mayo de 1969 una fecha clave en la historia grupista, una nueva junta general extraordinaria celebrada también en la Cámara Oficial de Comercio, Industria y Navegación propició la autorización de los socios compromisarios a embarcarse en la construcción del ambicioso proyecto, que había recibido el refrendo y la felicitación de la Delegación Nacional de Educación Física y Deportes, ostentada por Juan Antonio Samaranch. Éste prometió su ayuda basándose en que su filosofía era la de ayudar a quien pueda ser ayudado, resaltando sobre el ambicioso proyecto que se le presentó en la primera visita oficial que hizo a las viejas instalaciones que «era la primera sociedad española por la significación de popular, deportiva, historial y posibilidades económicas». En la transcendental reunión se informó a los socios de varias gestiones que se habían efectuado y desestimado presentándose las tres opciones reales en donde se tendría que elegir.
Una fue la que ofrecía el intento de fusión de dos propiedades colindantes en Mareo próxima a las instalaciones actuales de la escuela de fútbol del Sporting, con una superficie de 84.000 metros cuadrados, y un precio de 22 millones de pesetas (329.500 por día de bueyes, o 262 pesetas metro cuadrado). Otra sería una finca de 91.000 metros en Castiello de Bernueces. Su precio era de 22 millones de pesetas, lo que resulta a unas 303.000 por día de bueyes, o lo que lo mismo a, 241 pesetas metro cuadrado.
Por último en la zona de Las Mestas se disponía de cuatro opciones firmes, por un total de unos 64.000 metros cuadrados, que liquidando indemnizaciones ascenderían a unos 25 millones de pesetas, que resultan a promedios aproximados de 437.700 pesetas día de bueyes, o sobre 345 pesetas el metro cuadrado. Sería obligado un gasto adicional de rellenos. Tras una serie de consideraciones, las votaciones más importantes y trascendentes que se protagonizaron en la historia del Grupo dieron el siguiente resultado:
Opción de Las Mestas: 48 votos favorables.
Opción Castiello: 2 votos favorables.
Opción Mareo: 0 votos favorables.
Fue de esta manera como de los 4.824 metros cuadrados que se tenían en la calle de El Molino y que habían sido adquiridos en 417.500 pesetas y vendidos en 50 millones, se pasó a poseer un impresionante espacio social en Las Mestas, que suponían catorce veces más invirtiendo para su adquisición un total de 24.760.032 millones de pesetas. La captación de nuevos socios iba en aumento y todos los días se recibían altas. El 20 de junio de 1969, ya se cuenta con 4.320 socios de los que 2.150 son hombres, 392 mujeres y 1.778 infantiles. Se confiaba en poder llegar pronto a 5.000 mientras los arquitectos comenzaban a confeccionar los planos de las obras que se iniciaron de forma inmediata. El día 8 de setiembre de 1969 llega a los nuevos terrenos de Las Mestas una pequeña imagen de La Santina creada por la escultora Cristina Carreño y que es traída corriendo desde La Cueva de Covadonga en el Real Sitio por deportistas de la sociedad. Las obras avanzaban a buen ritmo, y pese a que la colaboración en ayudas del Ayuntamiento de Gijón no era la deseada, se había logrado la colaboración del ministro Secretario General del Movimiento el gijonés, Torcuato Fernández-Miranda y Hevia que había sido compañero de estudios de Jesús Revuelta y que gracias a su colaboración se logró que la construcción del «Grupo 2000» se consiguiese plenamente. Su ayuda le fue reconocida nombrándole presidente de honor del Grupo de Cultura Covadonga.


Carlos Prieto Hevia
El trágico suceso causó un gran impacto social en Gijón y en toda Asturias, ambos eran personas muy conocidas en los ámbitos empresariales y deportivos. El mismo día del accidente, la junta directiva se reúne bajo la presidencia del secretario Carlos Prieto Hevia para organizar los actos fúnebres. La capilla ardiente fue instaladada en la sociedad por donde desfilaron cientos de personas. El colofón a los actos fúnebres lo puso un multitudinario funeral celebrado en la iglesia parroquial de San Lorenzo.
La situación era irreversible, pero el funcionamiento del Grupo tenía que seguir. En aquella reunión se decide solicitar al Ayuntamiento de Gijón el cambio del nombre de la avenida del Hipódromo por el del fallecido presidente y dedicarle un busto en la sociedad.
Después de no pocas consideraciones los directivos decidieron seguir todos en bloque y tras varios planteamientos, en el transcurso de otra junta general extraordinaria el hasta entonces secretario es confirmado como el noveno presidente. El nuevo mandatario hace gala de una gran prudencia en su gestión, tras asumir el cargo y delega funciones en sus directivos admitiendo serenamente la responsabilidad heredada. Carlos Prieto y su junta directiva continuaron la gestión asumiendo las pautas que había iniciado Revuelta, inaugurándose durante su mandato el pabellón polideportivo, el gimnasio, dos canchas más de tenis, acondicionaron un vestuario en el local propiedad del Grupo en la antigua calle de El Molino, construyen el campo de hockey hierba y adquirieron 6.700 metros cuadrados que configuran el aparcamiento en la zona norte del recinto social.
Durante el mandato de este presidente el Grupo Covadonga fue galardonado otra vez en su historia por el Consejo Superior de Deportes con la segunda Copa Stadium al mejor club del país, los Reyes de España visitan las nuevas instalaciones y el equipo de balonmano asciende a la División de Honor. Pero uno de los hechos más importantes en el recuerdo de aquella época fue la visita de los Reyes de España en uno de los primeros actos oficiales que protagonizaron tras ser proclamados monarcas. El político gijonés, Torcuato Fernández-Miranda fue el impulsor de la regia visita que gracias a sus buenos oficios se protagoniza el 19 de mayo de 1976. Don Juan Carlos y Doña Sofía fueron recibidos por una multitud entre los que destacaba una gran pancarta que decía «La gran familia grupista unida a la deportiva juventud de sus Reyes» Los monarcas ya tenían conocimiento del Grupo de Cultura Covadonga en su etapa de Príncipes de España tras una visita que efectuaron el 16 de agosto de 1970 a la Feria Internacional de Muestras de Asturias donde pudieron ver la maqueta de las futuras instalaciones.


Rogelio Llana Blanco
El 14 de julio de 1976 el presidente número diez de la historia Rogelio Llana Blanco es proclamado como tal en el transcurso de una asamblea general de socios. El nuevo presidente se había iniciado en la gestión directiva de la mano de Jesús Revuelta, siguiendo más tarde con Carlos Prieto, y estaba en posesión de un amplio curriculum deportivo.
Durante el mandato de este hombre la crisis en la gestión que se propagó en el Grupo Covadonga fue de tal magnitud que a punto estuvo de traer consecuencias irremediables para la sociedad. Eran tiempos de transición democrática en España, y en aquella época aparecieron muchos socios con ambiciones políticas de todos los significados, que tuvieron un especial protagonismo dentro de la sociedad. Todo fue muy duro, y las más de las veces desagradable por parte y parte con enfrentamientos repudiables tanto fuera como dentro de las reuniones asamblearias. El germen había comenzado a aparecer después de que el primer equipo de balonmano ascendiese a la máxima categoría con la directiva anterior, y que sus componentes pretendiesen tener unas compensaciones económicas. El equipo directivo había intentado encontrar soluciones buscando recursos atípicos para ellos y también para los primeros equipos de baloncesto y voleibol debido a que los estatutos impedían compensar económicamente a los deportistas del Grupo. Esta cuestión, y también la aprobación en las urnas de un ambicioso plan de obras para lograr una ampliación de las infraestructuras fueron los puntos de inflexión que sirvieron para que el clima social se rompiese bruscamente debido principalmente a las actuaciones de socios de todas las ideas políticas que acabó provocando una crisis tan importante que la entidad a punto estuvo de romperse en mil pedazos. A pesar de todos los pesares el espíritu emprendedor del presidente sirvió para que el Grupo de Cultura Covadonga se potenciase deportivamente. Se creó la figura del director deportivo y a continuación se incorporaron una serie de técnicos de primer nivel en natación, gimnasia, atletismo y piragüismo. Se destacaba a nivel nacional en estas actividades y también en pelota. El equipo de balonmano triunfaba en División de Honor llenando el pabellón grupista cada vez que actuaba. En voleibol se bautizaba internacionalmente al jugar el equipo que la Recopa de Europa contra el equipo turco del Boronkay de Estambul, y el equipo de baloncesto ponía las bases para lograr el ascenso a la Primera División B que era la segunda categoría del baloncesto nacional. También se lograron inaugurar importantes obras y la puesta en funcionamiento del grupo folklórico tuvo una buena aceptación social.
Aquella directiva fue la que decidió que todos los empleados pudiesen ser socios de número con los mismos derechos y las mismas obligaciones que el resto de los asociados. Otro de los acuerdos de esta junta fue la creación de la figura del socio de mérito. Los altos niveles deportivos que se adquirieron, y en aras de salvaguardar lo establecido en los estatutos sociales sobre la compensación a los deportistas obligó a la directiva a tener que encontrar alternativas económicas fuera de los ingresos por cuotas sociales. De nada sirvió el trabajo porque la crisis creada por la oposición estaba abierta, y las diferencias comenzaron a ser insalvables ya que el presidente era el enemigo a batir por la llamada oposición. La reconciliación no llegaba y el deporte se comenzaba a resentir al utilizarse indiscriminadamente el tópico del profesionalismo y de que los proyectos de obras eran irrealizables. Con un lleno total en el pabellón polideportivo se celebra una asamblea el 26 de junio de 1979 pidiéndose un voto de censura para Rogelio Llana y sus directivos que fue aprobado por 507 votos a favor y 403 en contra. Se crea la denominada «Unión Grupista» que trabaja para lograr la ansiada paz social. Fueron los que logran convocar una reunión entre todas las partes en conflicto, incluido el alcalde de Gijón, el socialista José Manuel Palacio que tiene lugar en las instalaciones del Club Hípico Astur. Allí se llega a un acuerdo firmándose un documento que se dio en llamar «El pacto del Chas» en donde se refleja lo acordado. En otra asamblea se aprueba dicho pacto por un total de 241 votos a favor y 141 en contra. Lo que se aprobó en esta asamblea para salvar la situación económica del momento fue el controvertido pago de una derrama que quedó establecida en 10.000 pesetas para los socios familiares, 6.000 para el individual y 2.000 para el infantil. Estaba considerado como una medida urgente, de carácter obligatorio y además vinculante.


Manuel Pinilla Trapote
Tras el voto de censura quedaba abierto el camino para lograr la legalidad de las elecciones. Se tuvo que pedir consulta a los servicios jurídicos del Consejo Superior de Deportes que presidía Benito Castejón porque los candidatos habían amenazado con retirarse si no se permitía el voto a los socios mayores de 18 años. Después de muchas dudas y alegaciones al final el CSD consiente «por ser un caso especial, y por una sola vez». La campaña electoral fue muy dura y al final concurrieron a las urnas 3.019 socios, de los cuales 1.621 apoyaron a Manuel Pinilla y 1.398 a Angel Yuste. Justa, muy justa, había sido la elección que sirvió para que este último encajase mal la derrota y siempre se mantuvo en la oposición radical al nuevo presidente. Manuel Pinilla Trapote tomó posesión el 14 de enero de 1980 y quince días más tarde pone de relieve que lo más importante para él sería lograr la paz social en una sociedad que ya había perdido por culpa de los enfrentamientos a tres mil socios y que tan solo disponía de 13.000. No fue posible encontrar el sosiego dado que la directiva tuvo que continuar sufriendo acosos en su gestión, sobre todo en lo que respecta al abono de la derrama.
Tras esta crisis, que tuvo una repercusión peligrosísima en la economía por la gran cantidad de bajas de socios, llegaba la época de austeridad de Pinilla que se dedicó de lleno en la recuperación de la masa social y a la estabilidad económica. A la conclusión del mandato había liquidado absolutamente todo, llegándose incluso en atención a la restricción de gastos, el conceder el 7 de junio de 1982 al recientemente constituido Gijón Baloncesto los derechos federativos del equipo grupista de Segunda División de la sociedad para que el nuevo club pudiese salir en la categoría.
Pero la ansiada paz social tardó en llegar. La oposición se mantenía incansable, dedicándose a trabajar para convencer al cuerpo social de que no tenía porqué pagar la derrama. El trabajo continuaba realizándose y la captación de socios poco a poco fue arrojando un saldo positivo gracias en parte a la idea de construir un stand en la Feria Internacional de Muestras de Asturias para buscar nuevas altas. En agosto de 1980 se logran 408 nuevos socios.
Pasado un tiempo la situación económica va mejorando ostensiblemente. La oposición se da prácticamente por extinguida y el Grupo Covadonga volvía a oler nuevamente a tranquilidad. Manuel Pinilla Trapote tras los logros que protagonizó y agotado por todos los avatares que tuvo que sufrir, el 27 de setiembre de 1983 decide adelantar su marcha. Su misión cree que estaba cumplida porque el equilibrio económico existía y se podía mirar el futuro con optimismo. En lo social se había llegado a la tranquilidad y se convocan elecciones vislumbrándose en el horizonte tan solo una candidatura, que no era otra que la del secretario de la cesante junta, Luis Angel Varela Villalobos, hijo del que fuera benefactor del deporte en los inicios de la sociedad, Angel Varela Alvarez. Casi medio siglo después de la fundación de Grupo de Cultura Covadonga, y olvidada ya la crisis, se abre el horizonte reforzándose la tranquilidad con un patrimonio ya de 14.064 socios.


Luis Ángel Varela Villalobos
El trabajo realizado por el equipo directivo de Manuel Pinilla tuvo continuidad con la llegada de Luis Ángel Varela Villalobos, accedió a la presidencia sin oposición. El presidente era conocedor de la situación del momento y se marcó la meta de lograr la mayor tranquilidad social posible e incrementar el número de asociados para mejorar la, todavía, delicada tesorería grupista. Cuando se incorporó, el Grupo Covadonga apuntaba una buena marcha y se había mejorado en liquidez debido a la pronta recuperación de los socios que se habían dado de baja. La certificación de la definitiva paz social se rubricó en la Asamblea Ordinaria que se celebró el 28 de febrero de 1984 y en donde sin el menor altercado se aprobaron las reformas en los estatutos y la subida de cuotas sociales. Llegaba el momento de meterse de lleno a trabajar por la mejora de la actividad deportiva y se logra que el Grupo Covadonga se incorpore a la asociación internacional Sports Quality International que agrupa a las sociedades deportivas más importantes de Europa y Estados Unidos. Ese mismo año ya se cierra el ejercicio con 58 millones de pesetas de superavit mientras diecisiete deportistas alcanzan el entorchado internacional en piragüismo, gimnasia, pelota, ajedrez y natación.
Las asambleas de socios eran sacadas adelante sin ningún tipo de problemas, lo deportivo funcionaba y el bienestar en lo económico continuaba su marcha ascendente, hasta tal punto que el 30 de setiembre de 1986 la directiva se ve forzada a cerrar la inscripción de nuevos socios para evitar saturaciones. Este año el Grupo es distinguido con el trofeo «Picu Urriellu» que anualmente concede el Centro Asturiano de Madrid en reconocimiento a las personas o entidades que logren más proyección nacional o internacional del Principado de Asturias. En 1987 se construyen cuatro canchas de squash y una galería de tiro con arco. También se hace una sala polivalente para impartir cursillos; una nueva sala de trofeos y reuniones; se mejoran en los vestuarios; los servicios clínicos y se asfalta y señaliza el aparcamiento. Por aquellas fechas la demanda de prácticas natatorias obligan a la directiva a pensar seriamente en la cubrición de las piscinas existentes que solamente eran utilizadas en la época estival.
Terminado el periodo de mandato de cuatro años Luis Angel Varela Villalobos que concluía el 3 de noviembre de 1987 decide presentarse a la reelección. En esta ocasión tuvo que lograr la victoria en las urnas frente a otros tres candidatos. La campaña electoral fue movida pero correcta y todos presentaron un amplio programa. Varela salió elegido con 1136 votos favorables; Rafael Antuña Egocheaga, 697; Jesús Gómez Gómez, 671 y Juan Manuel Agúndez Alvarez «Charly», 232.Durante el año 1988 el Grupo de Cultura Covadonga conmemora el cincuenta aniversario de su fundación. Luis Angel Varela había tomado nuevamente posesión de su cargo el 4 de enero y tanto él como su equipo directivo dedicaron mucho tiempo a las efemérides que tuvieron como presidente de honor al Príncipe de Asturias, Don Felipe de Borbón. Una de las ambiciones del presidente estaba en lograr que la polideportiva sociedad fuera consideraba como Real. Era una especie de brillante rúbrica a la celebración del Cincuentenario de la entidad. El 19 de diciembre de 1988 el Rey de España concede la autorización para el uso del título de «Real» al Grupo de Cultura Covadonga. La trayectoria deportiva de la sociedad y su importante historial propicia en ese año de conmemoraciones que el Consejo Superior de Deportes decida conceder al ya Real Grupo de Cultura Covadonga tras su nominación la tercera «Copa Stadium» que el propio presidente recibe el 30 de noviembre de 1989 en el Palacio de La Zarzuela de manos del Rey Juan Carlos I. Si su padre Angel Varela Alvarez había acompañado al presidente Ceferino Yáñez en el año 1954 a recoger la primera; haciéndose cargo en 1975 Carlos Prieto de la segunda, en 1988 el se hacía con la tercera. Es este galardón el mejor reconocimiento que se puede hacer a una entidad deportiva y el Grupo puede presumir de ser junto con el F.C. Barcelona la única sociedad española que la recibió en tres ocasiones En otros aspectos el Grupo, en esta nueva época de Luis Angel Varela, no estuvo desatendido y continuó su camino deportivo mejorando al mismo tiempo sus infraestructuras. Lo más destacado fue la construcción del campo de hierba sintética uno de los primeros de España. También se mejoraron los gimnasios, se realizó la remodelación de los llamados «vestuarios de la playa», de la cafetería, y se logró en la última asamblea que los socios aprobasen la construcción de la ansiada piscina cubierta. Fue una junta en donde se dudó mucho para tomar la decisión. Varela que se decidió a presentarse a la siguiente reelección no fue reelegido. El lógico desgaste y la reforma de los vestuarios le supusieron el tener que dejar el cargo en manos Juan Manuel Cuesta que fue quien le sustituyó.


Juan Manuel Cuesta Fernández
El presidente número 13 del Real Grupo de Cultura Covadonga, Juan Manuel Cuesta Fernández «Janel», resultó elegido el 22 de febrero de 1992, tras una intensa campaña electoral, a la que concurrieron su predecesor Luis Ángel Varela Villalobos y Jesús Gómez Gómez que volvía a ser candidato después de haberse presentado en las elecciones de 1987. El resultado final fue muy ajustado. Janel Cuesta obtuvo 2841 votos sobre un total de 6034 emitidos. Luis Ángel Varela llegó a los 2215 votos y 958 fueron para Jesús Gómez. Janel Cuesta revalidó su mandato en 1996, en esa ocasión, frente a un único candidato alternativo, Mariano de la Puente.
El periodo presidencia de Janel Cuesta tuvo unos inicios complicados ya que a los pocos meses de su inicio se produjo la dimisión de diez de los veinte directivos que lo habían acompañado en el periodo electoral, debido a desavenencias y desacuerdos sobre el cumplimiento de decisiones de su propia Junta Directiva.
Tras su elección la primera y más urgente labor fue subsanar las deficiencias estructurales de los edificios sociales en general, consecuentes de los veinte años de antigüedad del hormigón que ya presentaba peligrosas grietas, que daban lugar incluso a la pérdida diaria de miles de litros de agua en el complejo náutico, por lo que su primer proyecto fue asumir la construcción de dos nuevas piscinas descubiertas y otra cubierta de 50 metros, que fue inaugurada en 1996 con la presencia del S.A.R. el Príncipe de Asturias, Don Felipe de Borbón. Asimismo, durante su periodo presidencial se llevaron a cabo inversiones en algunas de las instalaciones más emblemáticas del Club, como la remodelación del frontón, con la construcción de la grada para el público y la cubrición de los frontones anexos. Se reordenó el espacio de las pistas de tenis, incrementando con otras tres nuevas, y se construyeron las dos primeras pistas de pádel, deporte que por entonces era bastante desconocido y que posteriormente tuvo un auge muy importante en «El Grupo».
En estos ocho años hubo numerosas obras muy significativas para atender la demanda social, tales como la ampliación de la cafetería, de locales de TV, estudio y sala de lectura. Ampliación de gimnasios y construcción del primer foso de saltos y adaptación para uso exclusivo de la Gimnasia Artística. Se llevó a cabo una importante ampliación y remodelación de las oficinas generales, de la clínica, de la oficina del presidente, así como de la instalación independiente de la Secretaría Deportiva. No menos importante fue la construcción de la nueva entrada principal con proyecto del arquitecto Javier Hernández.
Un aspecto destacable de este periodo fue el notable impulso a las secciones deportiva. En los JJ.OO. de «Barcelona 92» acudieron 21 socios de «El Grupo» participando en distintas modalidades, lo que supuso la mayor representación deportiva en la historia de las olimpiadas, de un club español, algo que no fue ajeno a que nuestro Club fuese candidato a los Premios Príncipe de Asturias del Deporte, en dos ocasiones, y finalista en una de ellas. En 1992, los Hermanos Jesús y Roberto Martínez Villaverde resultan vencedores en el Descenso Internacional del Sella y las palistas Victoria Morozova y Almudena Ávila alcanzan las cotas más altas del piragüismo femenino al conseguir el Campeonato de España absoluto de maratón y vencer tres años consecutivos en el Descenso del Sella. En 1993 el equipo de Gimnasia Artística Femenina logra el Campeonato de España Absoluto de Clubes, el equipo femenino de Tiro con Arco conquistó la Copa de La Reina; en 1996 el grupista Manu Galán obtiene el título de Campeón del Mundo de Peleto «Sub-22», y Saúl Cofiño resulta Campeón de España absoluto de Gimnasia Artística en 1999. No menos relevante fue el éxito en natación, con las instalaciones a rebosar de público, donde nuestros nadadores lograron vencer en la Copa de España de Clubes de 2ª División, propiciando el ascenso a Primera División Nacional tanto en categoría masculina como en la femenina. También creó la sección de vela con sede en el Puerto Deportivo, dirigida por Pepe Palacio, entre cuyos alumnos tuvo a Ángela Pumariega que obtendría la Medalla de Oro en los JJ.OO. de «Londres 2012», y Fran Palacio Campeón de Europa en la clase «Snipe».
En los ocho años del mandato de Janel Cuesta, «El Grupo» alcanzó notoria relevancia a nivel nacional, al estar representando en una veintena de directivas y comisiones delegadas de distintas Federaciones Españolas, y en dos años alternos se nos concedió el premio «Mejor Club Nacional» de la Federación Española de Piragüismo, y fuimos distinguidos como la «Mejor Escuela de Tenis» también a nivel nacional.
En el aspecto social, durante su mandato se creó la Asociación de Veteranos del Real Grupo de Cultura Covadonga, a los pies de «La Santina» en 1992; al año siguiente se realiza la «Primera Marcha a Covadonga» consolidada posteriormente hasta llegar a nuestros días; se inicia la colaboración con la Hermandad de Donantes de Sangre. Por primera vez la Junta Directiva decide crear el cargo de Relaciones Públicas y Protocolo que recae en la empleada titulada en esa especialidad Manuela González Arias, lo que propicia un mayor realce de la imagen de «El Grupo» con importantes eventos, como la participación en el Congreso Mundial de la Asociación de Prensa Deportiva; la edición de la revista mensual «EL GRUPO 2000», así como varios libros que dejaron constancia de la historia del Club; mayor calidad en la celebración de las fiestas patronales con el importante acontecimiento que supuso la celebración de «LA MILLA GRUPISTA» de atletismo con la participación de los mejores especialistas del momento a nivel internacional. La actividad grupista en esta faceta de las relaciones públicas dio lugar a la visita de las más relevantes personalidades del deporte como el Secretario de Estado para el Deporte Excmo. Sr. Don Santiago Fixas; los presidentes del Comité Olímpico Español Señores Carlos Ferrer Salat y Alfredo Goyeneche, así como el Director General de Deportes don Manuel Fonseca, aunque quizá el mayor éxito fue lograr la participación de los campeones del Mundo de Pelota, los cubanos Vladimir Lujan y Richard González, con motivo del «50 Aniversario de la Semana Internacional», con una acogida a nivel social sin precedentes, y la consiguiente repercusión a nivel nacional. Consecuentemente de esta actividad en estos ocho años «El Grupo» recibió importantes distinciones entra las que tenemos que destacar la concesión de la «MEDALLA DE ORO» del Ayuntamiento de Gijón; la «MEDALLA DE PLATA» del Principado de Asturias; el Premio «JUAN ANTONIO SAMARANCH» a la Promoción Deportiva y Olímpica; el Premio «SPORTS QUALITY INTERNACIONAL» a la Promoción Deportiva Integral y con fecha 7 de Julio de 1993 S.M. el Rey Juan Carlos I, concedió a «El Grupo» el ingreso en la Real Orden al Mérito Deportivo.
Finalmente, hay dos aspectos que conviene destacar de este periodo, como son la actualización por primera vez en la historia del Club, de los números de los socios, que hasta entonces contaba con cuatro numeraciones. La digitalización del carnet de socio con tornos para el acceso al recinto social fue un paso importante en el aspecto organizativo, no exento de controversia en sus inicios. Finalmente, en 1999 se modificaron los Estatutos para adaptarse a la nueva Ley del Deporte, donde por primera vez se limitó los años del mandato presidencial. Tras dos mandatos consecutivos Janel Cuesta decidió no volver a presentarse a la reelección, cuando el Real Grupo de Cultura Covadonga había alcanzado la cifra de 30000 socios.


Ángel Cuesta García
La victoria de Ángel Cuesta García en las elecciones celebradas para sustituir a Janel Cuesta en la presidencia fue contundente. Tras una campaña electoral bastante movida se llegó a las urnas con la participación de 5.289 socios de los 23.000 que tenían derecho a voto. Fueron 3.076 los sufragios que logró, mientras que a su contrincante Juan Vigón Telenti le votaron 2.161 socios.Se acababa de conocer el nombre del primer presidente del Real Grupo de Cultura Covadonga del nuevo siglo XXI que se encargaría de trabajar por mejorar lo que es considerada la mejor sociedad deportiva española y una de las mejores del mundo.
Ángel Cuesta, nacido en la localidad asturiana de Pravia y afincado en Gijón desde muy joven a donde llegó para realizar sus estudios de Comercio, tenía acumulada una importante experiencia en la gestión grupista. Había participado en la directiva de Rogelio Llana y también en la de Manuel Pinilla en gestiones de economía y fue uno de los dimisionarios de la directiva de su antecesor en el cargo Janel Cuesta. Este presidente, que es uno de los socios más populares y practicante habitual de la actividad deportiva, es un destacado profesional en los temas económicos y en la dirección de empresas. Un 10 de marzo de 1938, o lo que es lo mismo 62 años antes, se había iniciado la andadura de la sociedad bajo el mandato del primer presidente de la entidad Emilio Alemany Bolufer.


Enrique Tamargo Álvarez
Carta a los socios
Estimado socios:
El “Grupo” es algo más que un club. Es una forma de entender la vida. Una manera saludable de combinar ocio, deporte y educación. En definitiva: una exigente y a la vez educativa contribución para la formación equilibrada de nuestros hijos. Esta es una premisa que siempre ha presidido mi vida familiar y por eso ser el Presidente del Real Grupo de Cultura Covadonga para mi es un gran reto y aún más en estas fechas, cerca ya de cumplir nuestro 75 aniversario.
Somos 33.000 socios. Para dirigir los pasos de esta «gran familia» es necesario tener gente motivada, que diseñe estrategias que nos ayuden a mejorar día a día. El equipo que me acompaña en esta maravillosa aventura tiene un gran entusiasmo por ofertar más calidad al socio. Por eso puedo deciros con orgullo que nuestras actuaciones están por encima de cualquier interés individual e intentan, desde un punto de vista global, aportar ideas de acuerdo con nuestros tiempos para mejorar nuestras dotaciones e incrementar el bienestar general.
Sabemos que tenemos cosas que cambiar, pero también que tenemos la responsabilidad de mantener las buenas, que son muchas, y eliminar aquellas que no agraden a los socios. Pretendemos ser una Junta Directiva de y para todos los socios. Por eso debeís tener claro que estamos a vuestra disposición. Queremos escuchar vuestras sugerencias para mejorar el funcionamiento de la sociedad.
Atentamente.
Enrique Tamargo Álvarez
Presidente
2012 – 2016
Mandato anulado a Enrique Tamargo por Resolución del Tribunal Supremo – Sala Primera de lo Civil NIG 28079 11 1 2015 0004022 – del 05 de mayo de 2017, por la que se declaran «radicalmente nulos los acuerdos de las asambleas generales del Real Grupo de Cultura Covadonga celebradas con posterioridad al 30 de junio de 2012, así como las elecciones a la presidencia del Real Grupo de Cultura Covadonga celebradas 24 de marzo de 2012»
RESOLUCIÓN TRIBUNAL SUPREMO
Resolución 10 de mayo de 2017 – NIG 28079 11 1 2015 0004022

Antonio Corripio Álvarez
LOGROS
ANTONIO CORRIPIO ÁLVAREZAntonio Corripio es en la actualidad administrador y gerente en AC SERVICIOS S.L., donde desarrolla su actividad profesional, Director de la Residencia de la Asociación Gijonesa de la Caridad «La Golondrina», miembro del Comité Ejecutivo de la Cámara de Comercio, Industria y Navegación de Gijón, Presidente de la Asociación de Empresas Socio-Sanitarias del Principado de Asturias (ADESSPA), Presidente del Comité Organizador de NORBIENESTAR (Feria de Productos y Servicios Socios-Sanitarios del Norte de España), Vocal del Comité Técnico Normalizador de AENOR (norma 158000) y Miembro de la Asociación Estatal de Directores y Gerentes de Servicios Sociales.
Diplomado en Ciencias Empresariales, Contabilidad y Auditoría de Cuentas por la Universidad de Oviedo, complementa su formación con un Programa Superior de Control y Gestión Empresarial en la Universidad Antonio Nebrija de Madrid, un Programa de Dirección y Administración de Empresas (PADE) de la Federación Asturiana de Empresarios, obtiene el Certificado oficial en Dirección y Gestión de Centros de Atención a Mayores por la Consejería de Educación y Ciencia, además de numerosos cursos en FADE, EVADES, CEAT ASTURIAS Y ESINE donde destacan algunos como: «Régimen Fiscal de las Asociaciones sin Ánimo de Lucro», «Gestión de recursos humanos», «Buenas Prácticas Medioambientales en puestos de trabajo», «Coaching en Habilidades Directivas», «Comunicación y cómo hablar en público», «Creación y Desarrollo de Empresas», «Master en Contabilidad Financiera y Analítica de Balances», «Como motivar personas y negocios» o «Como gestionar emocionalmente los negocios», «Gestión del tiempo», «Responsabilidad Social Empresarial», «Cómo orientar la empresa al cliente», «Estrategia y comunicación empresarial» y los Cursos Superiores de Prevención en las especialidades de: Seguridad, Higiene Industrial y Ergonomía y Psicosociología Aplicada».
En el ámbito deportivo, Antonio ha sido jugador de balonmano en distintas categorías del Colegio de la Inmaculada y tiene una gran formación en el mundo del Judo. Cinturón negro, varias veces campeón de Asturias en esta disciplina y Lucha Libre Olímpica, integrante de la selección asturiana de judo y libre olímpica, miembro del equipo de judo de la Universidad de Oviedo y por dos temporadas, integrante del equipo master de natación del RGCC.
DESPEDIDA
ANTONIO CORRIPIO ÁLVAREZ, 2024

Joaquín Miranda Cortina
Discurso Toma de Posesión de Joaquín Miranda como presidente del Real Grupo de Cultura Covadonga
Sábado, 23 de marzo de 2024
Autoridades, presidentes de federaciones y de otros clubs, compañeros de junta anterior y actual, familiares y amigos, y, sobre todo, queridos socios y socias grupistas, muy buenos días,
Me presento ante vosotros con un gran sentimiento de humildad, compromiso, responsabilidad y agradecimiento, hacia todos los que me han traído hasta aquí.
Es para mí un honor y un privilegio estar hoy aquí asumiendo el rol de vuestro nuevo presidente. Permitidme expresar mi más profundo agradecimiento por la confianza depositada en mí, en mi equipo y en nuestro programa.
Hoy marca el comienzo de una nueva etapa en la historia de nuestro querido Club, una etapa que afrontamos con ilusión y la firme convicción de seguir llevando al Grupo Covadonga hacia horizontes aún más prósperos, apoyados en la experiencia y logros conseguidos en tiempos difíciles por mis compañeros de Junta, a los que les agradezco, de todo corazón, su incansable dedicación y los resultados alcanzados durante los últimos ocho años.
Su trabajo ha sentado las bases sólidas sobre las que hoy nos erigimos, y es en ese legado en el que nos apoyaremos para seguir avanzando juntos. Permitidme que, además de a mis compañeros, tenga una especial mención para Antonio Corripio como presidente.
Juntos hemos afrontado y superado grandes retos (Fusión con el Centro Asturiano, pandemia y cierre de instalaciones, guerras y los consecuentes costes energéticos disparados) y creo que los socios, con sus votos el pasado domingo, han querido agradecerlo y reconocerlo.
Desde sus inicios, el Grupo ha sido un símbolo de unidad, compañerismo y superación, valores que nos enorgullecen y que queremos mantener e impulsar. Los hemos vivido en este mes de campaña electoral, en el que, creo, los 3 candidatos fuimos el mejor ejemplo de la convivencia y respeto que nos caracteriza y que se vive en el día a día del Club. Desde aquí, mi más profunda muestra de respeto y admiración a los que considero compañeros de esta aventura electoral, los señores Mitre y Sarasola, que estarán siempre vinculados a esta parte de mi vida.
Tenemos, mi Junta Directiva y yo, una gran responsabilidad adquirida con nuestros 38.487 socios para mantener y mejorar el Grupo Covadonga, continuando el camino de renovación, modernización, transparencia y participación ya iniciado.
La entidad es una institución fuerte y muy consolidada, que se encuentra en un momentode estabilidad y prosperidad, gracias al esfuerzo conjunto de todos. Durante estos últimos ocho años, hemos cosechado resultados favorables en todos los ámbitos, desde lo deportivo hasta lo administrativo o lo económico. Pronto, dejaremos atrás la carga de los préstamos y ampliaremos nuestra capacidad de inversión.
Como presidente, asumo el compromiso de liderar esta nueva etapa con visión, humildad y determinación. Nos esperan grandes retos y desafíos, pero también grandes oportunidades y logros por alcanzar.
Como sabéis, la que a partir de este momento se convierte en mi Junta Directiva, combina la experiencia de personas que han ocupado un puesto en la Junta saliente, como la ilusión e innovación de los que se incorporan ahora por primera vez.
Juntos, hemos desarrollado un programa de acción que se fundamenta en tres ejes principales: la gestión administrativa, la gestión de las instalaciones deportivas y la optimización de recursos económicos. A lo largo de 83 puntos específicos, hemos delineado un plan detallado para llevar a cabo nuestras metas, siempre con el bienestar de nuestros socios y el crecimiento sostenible de nuestra institución como objetivo.
Quiero agradecerles a quienes me acompañan que hayan tenido la valentía de enfrentarse conmigo a esta aventura. También a los colaboradores y amigos, así como los miembros de Mejor en Grupo, que, durante la campaña, e incluso con anterioridad, me impulsaron a dar este paso y me acompañaron de forma incansable para conseguir el éxito. Van a ser personas muy importantes en el periodo que estrenamos. Cuento muy especialmente, por su sabiduría, con los veteranos, a quienes voy a seguir pidiendo consejo por razones obvias, y plantilla de empleados, que son los que hacen que este gran club funcione.
Quiero reconocer y agradecer especialmente a todos los socios, tanto a los que nos han apoyado incondicionalmente como a aquellos que, desde la discrepancia, nos han desafiado a ser mejores. Vuestra implicación, compromiso y confianza son la fuerza motriz que impulsa al Grupo Covadonga hacia adelante con la que construiremos un futuro aún más brillante para nuestra institución.
En este nuevo capítulo que hoy inauguramos, quiero invitaros a todos a sumaros a este apasionante viaje. El Grupo es más que un Club, es una familia, y juntos somos más fuertes, y no nos para nadie. Vamos a seguir trabajando codo con codo, con determinación y espíritu de equipo, para hacer del Grupo Covadonga un lugar aún más grande y próspero.
Gracias una vez más por confiar en mí, en mi equipo y en mi programa para liderar el Real Grupo de Cultura Covadonga los próximos cuatro años. Como decía nuestra propia candidatura… ¡Mejor en Grupo!
Un abrazo muy fuerte que ahora os daré personalmente.