
Comenzó a nadar cuando apenas andaba, desde muy pequeña la piscina fue su medio natural. Esa soltura dentro de la pileta ha llevado a Ana Menéndez, la joven nadadora del Real Grupo Cultural Covadonga de Gijón, a colgarse las dos medallas de oro que le otorgan el doble campeonato de España en 100 y 200 metros braza.
Con tan solo quince años llama con fuerza a la puerta de la natación española para convertirse en el próximo relevo generacional, sus brazadas forjan su futuro. Tenemos ante nosotros a una campeona adolescente que compaginó el ballet con las piscinas hasta que nadar dejó de convertirse en un juego para convertirse en su deporte.
"Mis padres me apuntaron a un deporte, de pequeña hacía baile y natación en el patronato de Pola de Siero. Aquí empecé cuando era un bebé, a los 18 meses y seguí haciendo cursillos hasta que empecé a competir en los Juegos Deportivos del Principado, que gané por primera vez en el 2006. En el 2009, Patricia Romero, 2ª entrenadora del Grupo, me vio y me llamaron del Grupo Covadonga. El momento de decidir entre baile y natación fue cuando se convirtió en mi deporte. El baile me gustaba mucho y llevaba mucho tiempo haciéndolo, pude compaginarlo un tiempo, pero los horarios me hicieron decantarme por uno y elegí la natación".
Una niña que cuando empezó a nadar nunca imaginó que su habitación estaría llena de trofeos y medallas, pero para lograrlos lo primero fue definir su estilo.
"Realmente nunca elegí. En los primeros Juegos Deportivos, que son como el campeonato de Asturias, gané el 25 crol y 25 braza. Fue cuando llegué al Grupo cuando se me empezó a dar bien la braza y así continué".
La braza es quizás el más antiguo de los estilos… también el más lento de los cuatro pero no exento de dificultad, como nos cuenta nuestra campeona.
"La braza es el estilo que mejor se me da, aunque unas veces me gusta y otras no, depende del momento. Es el estilo que conoce más gente, todo el mundo sabe nadar a braza aunque sea de cualquier manera, pero a la hora de nadar en una competición yo creo que es de los más complicados, aparte de la mariposa. Eso hace que a la hora de nadar las pruebas de estilos mucha gente pierda en la posta de braza, donde nosotras podemos sacar ventaja".
El Real Grupo Cultural Covadonga, con 75 años dedicados al deporte, estuvo muy atento a la evolución de esta joven promesa. Ana reconoce su influencia.
"Ser del Grupo marca la diferencia, por ejemplo en cuanto a instalaciones, son muy buenas comparadas con otros clubes de España, ¡las nuestras son una pasada!. Hay muchos nadadores que no pueden entrenar en piscina de 50 metros en toda la temporada. Es un club con muchos deportes y se preocupan mucho por nosotros."
Para Ana nadar y compaginar sus estudios en el instituto le supone unas maratonianas jornadas de catorce horas diarias que, sin embargo, asume con naturalidad.
"Entre semana me levanto a las 5 de la mañana para entrenar a las 6, vivo en Pola de Siero a 22 kilómetros de Gijón así que tengo que hacer cuatro trayectos al día, es decir 88 kilómetros para ir a entrenar. A las 7:30 vuelvo a la Pola para entrar al instituto a las 8:30. Los lunes y los miércoles salgo a las 15:30, estos días tengo que comer en el coche de camino a Gijón, y los demás días salgo a las 14:30 y puedo ir a comer a casa. La segunda sesión de entreno empieza las 16:00 y dura hasta las 19:00. Llego a casa sobre las 20:00 y toca ponerse a estudiar, pero intento acostarme sobre las 22:00 para no dormirme en clase al día siguiente. Los fines de semana me levanto más tarde, a las 08:00 para entrenar a las 9:00 hasta las 11:00. El resto del día dependiendo de los estudios y el cansancio me quedo en casa o puedo salir a dar una vuelta por Gijón".
Un gran esfuerzo que acepta de buen grado, pues para esta adolescente asturiana nadar no son solo sacrificios, su relación con el agua va más allá incluso de sus éxitos deportivos.
"La natación es mucho más, me ayuda mucho a organizarme. Como tengo el tiempo justo para estudiar y para hacer cualquier cosa, hay que saber organizarse para poder hacerlo todo. Al ser un deporte individual aprendes mucha disciplina, nadie va a hacer el trabajo por ti como puede ocurrir en un deporte de equipo".
Por eso no se pone límites, soñar es gratis y teniendo el doble entorchado nacional en braza aún más: su sueño es llegar a ser olímpica. Para dedicarse a su pasión quiere compartir unos consejos con las niñas que empiezan.
"Mucho entrenamiento… Aunque lo primero es que tiene que tener claro que le gusta nadar, es un deporte muy difícil para hacerlo obligado por tus padres, tiene que ser una decisión propia y si decides que sí te atengas a las consecuencias, hay que esforzarse día a día y no va a ser fácil. Llegar a ser campeón de España o de Europa es muy complicado".
Pero hay un espejo donde mirarse, la natación femenina en España pasa por un gran momento a nivel internacional, Ana se fija en sus compañeras para reconocer en ellas a sus referentes.
"Por supuesto admiro a nadadoras como Mireia Belmonte, pero me sorprende muchísimo una niña de mi edad que nada todos los estilos, me parece una crack, se llama África Zamorano del San Andreu, ¡es impresionante!, puede nadar todas las pruebas, ya ha conseguido medallas en los Nacionales absolutos y no entrena en un centro de alto rendimiento. Me parece un ejemplo a seguir."
No se plantea llegar a profesional, sus objetivos son a tan corto plazo que ella solo piensa en nadar, aunque tiene claro que vivir de las brazadas es muy complicado en nuestro país.
"Yo voy a seguir nadando hasta que pueda, lo dejaré en el momento que mi cuerpo me diga que no puede más, pero quiero estudiar una carrera y trabajar. Me gustaría hacer INEF con fisioterapia, siempre algo vinculado al deporte. Es muy difícil vivir de la natación, puedes llegar a tener muchos patrocinadores y conseguirlo, pero hay que llegar a tener un nivel altísimo para poder vivir de ello".
Ahora toca pensar en conseguir la mínima individual en 100 y 200 brazas para el Campeonato Europeo de Rusia, donde ya tiene plaza como relevista en el 4 x 100 estilos en la modalidad que la ha llevado a las cotas más altas dentro de su categoría: la braza. A contracorriente o no es el momento de nadar para llegar a lo más alto del podium, ¡suerte Ana!.
Si quieres ver a Ana en acción pincha en estos enlaces:
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